Mi elección de discapacidad puede llamar la atención, y es la de personas con VIH. En mi experiencia realizando talleres de educación afectivo-sexual una de las preguntas que realizaba en la primera sesión es la de "VIH y SIDA, ¿es lo mismo?". Era interesante observar las respuestas, sin realizar ningún tipo de juicio ni valoración persona, pero si una resolución sencilla y directa, NO. El VIH es el virus de inmunodeficiencia humana, un virus exclusivamente humano que se transmite a través de unas prácticas especificas y localizadas y que ataca al sistema inmunológico humano. El SIDA, es el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida, es el estado final del VIH en el cuerpo humano.
A día de hoy, nos encontramos con un panorama muy esperanzador en referencia a los avances sanitarios en cuanto a medicación "indetectable significa intransmisible" , tratamientos e incluso de vez en cuando aparecen artículos ( de los cuales hay que tener cierta prudencia) hablando de su cura. Pero aun así, esa primera pregunta que planteo al principio, así como el mito y falsa creencia de que el VIH se contagia, generan en las personas con VIH un elemento que discrimina e influye negativamente en su lucha y vida con el virus.
Actualmente, existe la posibilidad de que se conceda un 33% de discapacidad a ojos de las administraciones públicas a personas con VIH, aportando una forma mas de luchar contra la discriminación tanto en ámbitos sociales como laborales.
Que medidas propongo para proseguir con esta lucha y acabar con los prejuicios, barreras que impiden la inclusión total de las personas con VIH en todos los ámbitos de la sociedad, las siguientes:
- Programas de educación afectivo sexual en entornos educativos.
-Favorecer proyectos y programas centrados en el mundo laboral, tomando como ejemplo la coordinadora estatal Trabajando en positivo
-Utilización y difusión de los siguiente documentos aportados por la coordinadora antes mencionada:
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